La carrera de Carlos Valente empieza muy pronto en la rama de la pastelería y se desarrolla a lo largo de casi 30 años, tanto en Madeira como al norte y al sur del Portugal continental. También pasa por España, Uruguay y Venezuela, donde reside durante algún tiempo. Carlos Valente comparte con frecuencia todos sus conocimientos en acciones de formación o de consultoría en los ámbitos de la pastelería, la chocolatería y la heladería. Su arte, además de dulce, es meticuloso. Son famosas sus réplicas de monumentos u obras de arte hechas de chocolate o azúcar.